30.8.09

Mijita Laura

Mijita Laura hace que me sienta orgulloso de ser padre. Es una niña distinta a las demás: le gustan los bailes, la cumbia y las blusas vaqueras; detesta la gente fresa, el pop, las telenovelas y los emos. Todavía no cumple catorce años, pero su falta de experiencia la suple con una espontaneidad que a la gente le roba el corazón. Uno puede quedar absorto en su elocuencia durante largo tiempo, a pesar de que, muchas veces y sin querer, es medio hocicona.
Como el otro día, cuando esperábamos unos tacos que fuimos a comprar. Era noche de viernes, y por eso el lugar estaba atiborrado de clientes. Frente a nosotros había una chica de la misma edad que Laura. Miraba un poster de los Jonas Brothers con una idolatría lastimosa, como si al día siguiente le fueran a vaciar los ojos o se hubiera cogido a uno de esos güercos la noche anterior. Para ella no había persona ni objeto más interesante en los alrededores, que esa imagen.
—¿Ya viste, mijita? —jalé un audífono de su mp3 chino para que pudiera escucharme, e hice un gesto con mi cara, señalándole a la muchachita—, ¿quieres uno de esos?
—Ay, apá —pronunció quitándose el otro auricular que liberó por instantes un sonido de acordeón—, ¿yo pa qué quiero algo de esos jotillos?
Reí.
—Pues las chavas de ahora los aman, ¿no?
—Sí, pero fíjate en las chavas de ahora, apá: la mayoría están bien lelas, comprando todas las chucherías de sus artista, como si los vatos las llevaran al cine o a bailar —hizo una pausa cuando vió a la mujer que iba con la jovencita del poster, probablemente su mamá, voltear hacia nosotros—, y las que no —continuó con un tono de voz menor—, se pasan de putitas.
Le zapeé por ocurrente y nos carcajeamos un buen rato; mas, cuando me cayó el veinte de sus palabras, pregunté con tono serio:
—A ver, cabrona, y si usted no es una lela, ¿entonces qué es?
Laurita se recargó en mí, puso uno de sus brazos en mi hombro, se paró de puntillas y, con una cara de maliciosa complicidad, me dijo al oído:
—Ay, apá, pues yo... ¡yo soy una chava de las de antes!.
¡Ay, mijita Laura, si no fuera tan ocurrente, ahí mismo la desheredaba!

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
 
Copyright © Balas para el corazón
Blogger Theme by BloggerThemes Design by Diovo.com